Para empanar cualquier tipo de carne o preparado (flamenquines, san jacobos...), debemos de preparar un plato con harina, otro con huevo batido y un tercero con pan rallado. Primeramente salaremos la carne para después irla rebozando en cada uno de los platos que hemos preparado y por el orden que he puesto: harina, huevo y pan rallado. El pan rallado puede ser del que ya viene con ajo y perejil puesto que le va a dar mayor sabor a nuestros fritos.
Si lo que queremos es empanar croquetas, nos van a quedar con una costra gruesa y muy crujiente si sustituimos la harina por pan rallado, es decir: pan rallado, huevo y pan rallado.
Debemos asegurarnos que el empanado queda bien adherido y cubriendo todo el alimento para que no se despegue durante la cocción, así los jugos quedarán retenidos en el interior gracias a la costra dorada que debe formarse y la carne va a resultar mucho más tierna y jugosa.
El empanado puede ser fino, de una capa, o puede repetirse varias veces los pasos de huevo y pan rallado si lo que queremos es obtener una costra más gruesa.
Hay que tener cuidado de que el aceite no esté flojo ni demasiado fuerte, será justo cuando va a comenzar a humear cuando colocaremos la carne lentamente dejándola freír hasta que empiece a coger color, entonces le damos la vuelta y así hasta que quede doradita pero no churrascada.
Una vez fuera de la sartén, se coloca sobre papel de cocina para que absorba el aceite sobrante y listo para comer. Resultan muy bien si los acompañamos con una ensalada de lechuga o unas patatas fritas.
Yo preparé unas pechugas de pollo empanadas que quedaron con la buena pinta que veis.
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