Para comer una croqueta con conocimiento de causa, hay que tener en cuenta tres premisas: hacerlo de pie, cogerla con los dedos y acompañarla con una buena cerveza fresquita, porque la croqueta es un pincho, una golosina, una tentación.
INGREDIENTES:
- 50 grs. de harina de trigo
- 50 grs. de mantequilla
- 1/2 l. de leche
- 1 cebolla
- 1 tomate
- 1/2 dl. de aceite de oliva
- 1 hoja de laurel
- 600 grs. de bacaladillas frescas
- Pimienta blanca molida
- Nuez moscada molida
- Sal
Limpiamos bien el pescado, dejándole la cabeza.
En un cazo con agua ponemos a cocer las bacaladillas junto con el aceite, la sal, la cebolla troceada, el tomate partido por la mitad y el laurel.
Al cabo de unos 15 minutos lo sacamos y una vez frío, lo desmenuzamos.
Hacemos una bechamel espesa calentando la leche y en un cazo aparte derretimos la mantequilla y la mezclamos con la harina, sin que llegue a tostarse. Poco a poco agregamos la leche sin parar de mover para que no forme grumos, salpimentamos y añadimos una pizca de nuez moscada.
Incorporamos a esta preparación el pescado y dejamos cocer 5 minutos más.
Cuando la masa esté fría, hacemos las croquetas y las pasamos por harina, huevo y pan rallado.
En abundante aceite de oliva caliente las freímos hasta que tomen un color dorado y además estén crujientes.
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